Moda en Tiempos de Crisis

Pocos podrían imaginar que a principios de este siglo XXI, emblemática marcas como Tommy Hilfiger, Brooks Brothers, Banana Republic tuviesen que cerrar sus tiendas en New York por días. O que en Inglaterra no se pudiese circular por las calles de Saville Row en busca de un buen traje.  Que Paco Rabanne y Hugo Boss no atendieran al público en Italia y así diferentes casas textiles en las distintas capitales de la moda del mundo.

Pero ¿cómo subsiste y rehace la moda en períodos como el descrito, en este caso a causa del Coronavirus o Covid19?, ¿Cómo fue en las crisis anteriores? 

Primero socialmente viene la depresión y el caos pero después el mundo renace con alegría e ingenio. Es el ciclo natural de la economía después de grandes acontecimientos como las guerras mundiales, o tiempos de oscurantismos cuando hubo pestes o pandemias como la de este siglo. 

Una de las primeras crisis que afectó la manera de vestir, fue la revolución francesa. Su impulsora fue Amelia Descalzo, profesora de Cultura y Moda de Isem, donde propuso que cada uno era “libre de vestirse según su gusto”. De ahí surge uno de los primeros vestidos sin corsés ni artilugios que ahuecaban la falda. El vestido que surgió entonces fue el llamado “camisa”.

Ya más adelante, finalizando la primera Guerra Mundial fue el inicio de una década que derivó en la concepción del vestuario moderno. Las mujeres adoptaron varios trabajos de hombre post guerra y en los años bélicos el vestuario también se masculinizó. Las siluetas ceñidas y encorsetadas se convirtieron en vestidos sin forma y cintura baja, generándose una ruptura de un “antes y un después” en la moda.

Tras el fin de la segunda Guerra Mundial, en 1945, París volvió a ungirse como la capital de la moda y después de haber tenido la industria cerrada por años, se volvió a tacones, faldas y mucho cuerpo. El New Look de Dior fue el fenómeno y para finales de ese año, con la revolución de Japón, se generaron los “disturbios del nailon” debido a la locura por comprar medias de esa materialidad. Siendo un acierto para la industria. 

Conflictos menores, como la Guerra del Golfo o ataques terroristas en los ochenta, tuvieron también respuesta en la moda. Hermés lanzó un bolso “Kelly” transparente para alivianar el control en los aeropuertos. 

En el siglo del coronavirus, varias voces coinciden que la reacción del mundo de la moda será igual pero a mayor velocidad porque ahora se cuenta con el factor de la “hipercomunicación” donde los grandes grupos de distribución, como los propietarios de ZARA, a través de las RRSS dictan tendencia por sobre los dedicados a la Alta Costura. Se priorizará estar con nuestros seres queridos, lo social y experiencial, priorizando como foco el e-commerce.

De la moda también hubo explosiones sociales, y si nos remontamos al pasado, a finales del siglo XIX en EEUU luego del gran auge de la fabricación y confección de camisas por costureras que tradicionalmente trabajaban en sus casas, la emigración que vino desde Europa hizo profesionalizarla trasladando el desarrollo de estas prendas a talleres y fábricas llevando en 1909 a la “Huelga de las Camisas” en New York y el posterior incendio de la fábrica de Triangle Shirt Waist en esa misma ciudad en 1911, en búsqueda de mejoras laborales y de seguridad en la industria textil.

Un ejemplo para tiempos de hoy, sería The Qualis, que se especializa en las tradicionales camisas, pero se busca generar una experiencia revolucionaria con su tecnología Performance Non Iron, teniendo al cliente como eje de su cultura y adicionando un servicio 360° a través de su sitio e-commerce y su showroom físico. 

Para la Pandemia del Covid-19 The Qualis, lanzó la campaña en la que además de aportar con mascarillas para la crisis, invitó a la gente a donar y así aprovechar los recursos de logísticas de la empresa.

Cuando hay tiempos difíciles la idea es que todos salgamos fortalecidos con innovadoras campañas que aporten y generen valor y conciencia a futuro en el mundo en que vivimos y nos tocará vivir.